DONDE DUERME EL OLVIDO.

Si la vida fuera fácil...

Si la vida fuera fácil...
tú ya estarías aquí
y yo me posaría
en tus manos.
Si la vida fuera fácil..
no enfermaría de soledad,
de silencio que me mueve
y de fiebres al anochecer.
Pero la vida es morir,
a muchas cosas, y ya ves,
¡me duele tanto
tener que morir a tí!

Y así... te pierdo

Siento que estás cerca de mí...
en silencios compartidos
y en cambio... te alejas,
en las risas y en las fiestas.
Dejo mis entrañas abiertas
a tu alma encarcelada
de demonios y prejuicios
y así es como muero...
porque así te pierdo.
Siento que estás cerca de mí...
en confesiones a medias,
en historias de tu pasado
que escucho tratando
de entender el porqué.
Y entonces...
cuando me doy a tí...
te arrojas a un vacío,
al que no sabes caer
y así es como muero...
porque así te pierdo.


Lo que perdura...

Tiemblo y vivo en tí
y la existencia, ya ves,
es puro respirar...
Días, horas, momentos...
vividos desde la rutina,
de la esclavitud de lo humano.
Y tú... sigues presente,
aunque cambies de forma,
de risa, de mirada...
Aunque cambies de escenario,
de sútil deseo huidizo,
más o menos duradero,
impercectible, caprichoso y...
por fin, sin perdurar en mi tiempo,
te destilas en el rincón de la memoria
donde duermen los intrusos
que moraron en mi interior.


Donde duerme el olvido...


Es más fácil percibir aquello pasajero, fugaz.
Y mucho más fácil, también...
de arrojarlo allí...
donde duerme el olvido.
Y... aquello perturbador...
tal vez duradero, se acerca con sigilo,
con miedo a quedarse, te mira, le miras...
y los segundos se cuentan
donde el tiempo se para...
se desvanece... y prosigue su marcha.
Pero, también se va allí...
donde duerme el olvido.

Todo...pierde color, sabor, visión...
Todo...se pretende vaciar,
de textura, contenido y calor.
Todo se pierde... quizas,
donde duerme el olvido...
que jamás despierta...
porque no puede existir,
aquello que no puedes matar.