A veces me doy cuenta de las conversaciones tan inútiles que mantenemos. De lo vano de nuestras preocupaciones. Y por tanto de lo egoistas que somos. Pero bueno, tampoco es cuestión de alarmarse y decir que somos unos seres repugnantes. No se trata de eso pero sí de revisar nuestro interior. Ensalzar las cosas buenas y intentar mejorar las no tan buenas.
A veces nos preocupamos en exceso y nos enfadamos con otros por cosas totalmente pueriles. Un ejemplo, seguro que ayer por la noche cientos de parejas se enfadaron porque no encontraban las zapatillas de andar por casa, o porque no había recogido un plato de la mesa etc. Si ponemos distancia a este hecho y nos vamos a la luna. Observamos:
Cinco continentes, 6500 millones de personas. De estos, miles de niños que pasan hambre, mogollón de países en guerra o en situación de crisis. Miles de familia sin hogar o con un hogar indigno. Y cientos de parejas PREOCUPADAS PORQUE EL OTRO LE HA COGIDO LAS ZAPATILLAS O NO HA RECOGIDO LA MESA. Aquí pasa algo!!!.
Hay que poner distancia a las cosas, porque sino hacemos un mundo de un problema insignificante.
Otra opción es cambiar la perspectiva del tiempo. Un ejemplo: Un día te encuentras con un amigo preocupado porque su equipo de fútbol ha perdido. Pero en serio está realmente preocupado. Cuando le animas, le dices "bueno, tranquilo ya verás como remontan..." "¿Cuanto quedaron el año anterior?" Y tu amigo, todo sinceridad, te responde "NO ME ACUERDO". Ya está, dile que se imagine que está en el año que viene, y que por lo tanto ya no se acordará de la pena que está sufriendo ahora.
Poner distancia en el tiempo también es importante, porque las cosas que ahora te preocupan dentro de un tiempo ya no lo harán.
Intentaremos probarlo a ver que tal funciona.
sábado, marzo 05, 2005
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